He decidido que no puedo estar eternamente en paro por no lograr migrar con mis contenidos desde mi sitio con fecha de caducidad. Así que, lo mejor será tirarme a la piscina aquí, braceando de cualquier manera, para mantenerme a flote.
Un poema bastará por hoy.
Inevitablemente
Los días uno a uno suceden,
llegan, pasan, se marchan,
las horas miden lo mismo,
inevitablemente se escapan.
En las ramas del espino
el viento no se araña,
gira, danza, sacude,
efímero, sopla y pasa.
Quiero sentirme brisa
escurridiza, loca, vaga,
jugar en las aristas
sin quedar atrapada.
Desordenar pétalos nuevos
formando corolas varias,
esparcir aromas, brillos,
para que el vientecillo
se olorose en su pasada.
Confundir a las abejas
que nunca dirán basta,
serias, laboriosas,
se bañan insaciables
en camas doradas
antes de volver a casa.
Ahuyentar a las sombras
pequeñas, silentes, heladas,
de las mañanas claras,
ignorando que el ritmo
de las horas ordenadas,
en perfecta cabalgata,
las giran, corren y alargan.
Diseminar mis ensueños,
tender al sol mi alma virada,
tejer mi propio tiempo,
mientras las horas avanzan
y se van quedando
una junto a la otra,
como tejas arcillosas
sobre el alero de mis ojos,
perfectamente adosadas,
para que la noche muda
me lleve a su misterio
y no sienta cómo el tiempo,
aún así, en el silencio,
continúa su caminata.
Los días uno a uno suceden,
llegan, pasan, se marchan,
las horas miden lo mismo
inevitablemente se escapan.
Me gustó. El tiempo es imparable y la vida se va rápidamente.
Un abrazo.
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Mientras más envejecemos más rápido percibimos el tiempo. ¡Qué hacerle, no podemos evitarlo!
Un abrazo
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