Hombre pequeñito,
perdona nuestra impiedad.
Anhelas ternura
y en una moneda
recibes crueldad.
¿Qué hacemos
para allegarte
a la felicidad?
Embolsar unas alas
que te harán volar.
¿Qué hacemos
para liberarte?
Pisotear tus sueños,
obligarte a trabajar…
¿Qué hacemos
para darte paz?
Ignorarte,
abandonarte,
regalarte soledad…
Hombre pequeñito:
¡Perdónanos!
También nos destruimos
agotando tu ingenuidad.