Lleno el día
con palabras ajenas
mías o prestadas…
Ribetean mis telones
con mensajes en sordina
camuflando el tic tac
de mi pasada.
Lleno el día
de escenas imaginadas
urdidas con palabras alegres
sutiles, toscas,
nuevas o gastadas…
Asida a esos
pintorescos
salvavidas
navego en la marcha
de las horas
medio aterida
medio dormida
medio despierta
obnubilada…
Aún permanece
la claridad regalada
del día sólo queda
una tenue pisada.
En lo más alto
las nubes son vellones
de pompas brillantes
con gotas nacaradas.
El juego no cesa
las palabras no intentan
la retirada…
La noche me saluda
solo entonces digo:
basta de palabras.