Madrecita pequeña
vellón perfecto
mano extendida
corazón abierto.
Esponja infinita
inmenso puerto
savia de siempreviva
fuente del desierto.
Nido cálido
almohada de nubes blancas
madrecita fina
poesía de mi infancia.
Arrullaste mi lontananza
con bocetos de armonía
allegaste mi vía
a la naturaleza bravía.
Me traspasaste su fragancia
y tu sensibilidad de cada día
hoy es tu voz la que canta
cuando digo poesía.
El poder de invocar a la madre que siempre nos remueve las entrañas más internas, en mi Blog puedes ver mi removedor de entrañas, Abrazos virtuales y lejanos.
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¡Muchas gracias! Ya pronto llego por ahí.
Un abrazo
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La poesía dedicada a mi madre es mi «Poema incluso 15» y releerlo siempre me provoca sentimientos contradictorios de alegría por su existencia y de tristeza por su ausencia y el tuyo me provoco algo parecido, Un abrazo virtual desde la lejanía.
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