La despedida

Era verano y en medio del bosque los árboles aprovechaban los momentos de mayor temperatura para exponer sus láminas plenas de clorofila y atrapar la luz de los dorados rayos. Durante la noche, sus raíces hundidas en la serena profundidad de la tierra habían sorbido el agua fresca embebida de sales minerales. Ahora, en un permanente  proceso, elaboraban su propio sustento. Tantas, tantas veces sucedía que ya ni cuenta se daban. Las actividades se repetían perpetuamente.

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Incendios forestales

Es inevitable y no puedo sustraerme a comentar lo que estamos viviendo por estos lados. El verano trae consigo muchas cosas agradables como saborear ricas frutas, visitar playas, disfrutar de vacaciones, etc. Pero en ocasiones, cuando las temperaturas suben mucho más de lo acostumbrado, también el verano trae tremendos problemas y tragedias. Es lo que desde hace unos días ha comenzado a ocurrir en la sexta región de la zona central de Chile, al producirse incendios forestales agravados por la presencia constante y cambiante del viento, que no sólo han arrasado con la vegetación, sino con pequeños poblados rurales cuyos habitantes han perdido todo. Además, ya se han producido víctimas fatales entre los voluntarios de bomberos, carabineros y habitantes. Esta devastadora situación continúa replicándose  también en lugares de la séptima, octava  y novena región.

Gavilla reventada

La gavilla reventada

en medio

del muelle cilindro,

apenas si respira.

Oda a la sandía

En jugosos rayos estalla

la roja pulpa en mi boca.

En cascadas coloradas

el dulzón riachuelo

de perfumado zumo baja

deleitando mis sentidos

con su refrescante cuerpo

blando, brillante y mojado.

La sandía, para mí,  es uno de los más deliciosos regalos del verano; no sólo porque calma la sed y mitiga el calor;  sino también por su sabor, aroma e intenso color. Luego de saborearla se vinieron estos versos.

 

Una dulce melodía

Grillalina y Grillaluz, ansiosas por encontrar pareja, caminaron esa noche provocativa y cadenciosamente frente a las disimuladas madrigueras luciendo sus largas antenas, preparadas para oír los seductores cánticos de amor.

Cosas

Las cosas me hablan

en su precioso silencio

de muda existencia.

Mis ojos y oídos

se sienten cogidos

en la fuerza expresiva

de su tácita vivencia.

A los niños de mi aula

Revisando viejos poemas he encontrado uno inspirado en mis alumnos. Aprovecho de contarles que mis primeros diez años de vida laboral, los viví en una escuela humilde de un pequeño poblado, prácticamente rural. La mayoría de los alumnos debían caminar grandes distancias desde sus casas en el campo, para asistir a clases. Por supuesto, eran niños con grandes necesidades de toda índole. Más tarde, me tomé unos años sabáticos para dedicarme a la crianza de mis hijos, que se prolongaron más de lo esperado. Finalmente, retomé mi actividad, pero esta vez en un colegio privado, opuesto absolutamente en todo al anterior. 

Decepcionada

Caminó balanceando las caderas, ignorando la expectación que ocasionaba.

Tomó asiento y estiró las piernas admirando sus hermosos tacos.

Los acordes de un tango resonaron fuertemente.  Un gentil señor la invitó y enlazándola por el talle ella se dejó llevar.

Fugaz

_¡Quédate un poquito más!

_Tengo prisa. Hay muchas flores donde libar.

_Lo sé. El verano es breve y nuestras vidas también. ¡Adiós!

 

 

Funfinfá en problemas

Me parece que no les he presentado a Funfinfá. Es un personaje que aparece en varios de mis cuentos y es un hada  a la que le encanta hacer travesuras. Sin embargo,  ahora verán lo que le ocurrió.

Funfinfá en problemas

Sucedió una vez que Funfinfá, el hada bromista, amaneció muy cansada. No sentía ganas de levantarse, menos de tomar su varita y salir a observar a los niños para hacerles travesuras. Todos los días del año los había pasado  volando a uno y otro lado, siempre dispuesta, siempre riendo, siempre repartiendo sonrisas, pero ahora era incapaz de darse ánimo a sí misma.

¡Liebster Award!

¡La comunidad de wordpress es genial!  Sencillamente fantástica. Cuando recién llegué por aquí fue https://literatoluisrodrguez.wordpress.com/   quien me prestó atención y gracias a su empujoncito he  continuado aquí.

Hoy ha sido Ana https://anacentellasg.wordpress.com/quien me ha dado una enorme sorpresa incluyéndome en su lista de nominados.

Ella, creativa por excelencia, tan llena de vida, de ideas y de múltiples actividades. Siempre está en algo, ya creando nuevas historias, continuando otras por capítulos, promocionando su libro,  preparando exquisitas recetas, apapachando a sus hijos, además trabajando fuera de casa y por si fuera poco pensando en lograr un cambio radical en su vida laboral…sencillamente  es mágica. ¿De qué otra forma podría alcanzarle el tiempo para realizar tantas actividades?

Plumillas

Plumillas de nieve

escondidas pasajeras

invisibles frías y ligeras.

Impulsadas por el aire viajáis

como si fueseis blancas flores

de una congelada primavera.

Con amor de abuela

¡Felicidades pequeña Alma!

Hoy se cumple el primer año de tu vida y aquí estoy reviviendo la emoción y alegría del momento con un sencillo acróstico inspirado en ti, escrito luego de nacer.

Alma novísima y pura

Ligera maravilla

Miniatura encantada

Alada fuente de paz.

Unos días después, más exactamente el sábado 30 de enero de hace un año, viniste por primera a vez a este hermoso lugar donde vivimos.

Después de ese momento escribí unas palabras para ti, que alguna vez irás a leer.

De hace un año

Comienzo a ponerme al día con las entradas en este nuevo año, pues sucede que el 2017 me tuvo a mal traer toda la primera semana. Felizmente ahora me siento recuperada y con ánimo para escribir (y comer).

Entonces, hoy estoy recordando que mañana once de enero cumplirá su primer año de vida mi nietecita Alma. Por lo mismo, estuve revisando para compartir con ustedes lo que escribí allá por el mes de mayo cuando supe del embarazo, y luego mis apuntes del día en que nació.

La amorosa danza estival

(Notas del sábado siete, antes de la llegada de una gran lluvia veraniega que duró hasta ayer lunes.)

La luz del día ha dejado una estela de nubes rosadas por sobre el espacioso cielo tras las grandes puertas de la entrada. Realzadas sobre ese fondo destacan las siluetas de los árboles marcando los deslindes de los potreros vecinos.

El patio y mi entorno van quedando en penumbras percibiendo los sigilosos pasos de la noche, que calladamente llega a tender su oscura capa.