Los invadidos oídos
sellan sus ventanas
el corazón late bajito,
por entre sus pestañas
escapan tañidos infinitos.
Me amigo del silencio,
mi boca no se abre. Seguir leyendo «Pasan»
Los invadidos oídos
sellan sus ventanas
el corazón late bajito,
por entre sus pestañas
escapan tañidos infinitos.
Me amigo del silencio,
mi boca no se abre. Seguir leyendo «Pasan»
Carita de pregunta,
¿no escuchaste cuánto te llamaba?
¿No adivinaste cuánto te anhelaba?
¿Imaginaste alguna vez
cuántos brazos te esperaban? Seguir leyendo «Carita de pregunta»
¿Ah, que no saben lo que sucedió una vez? Pues, ahora mismo se los cuento.
Las arañas que habitaban entre los polvorientos maderos de la leñera estaban muy disgustadas; mucho más que lo habitual, y hasta parecía que se veían más negras que nunca. Desde hacía un tiempo alguien liberaba las presas atrapadas en sus telarañas, por lo que no habían podido alimentarse adecuadamente, ni menos descubrir al causante de tan desagradable situación.
La malhumorada araña Manuela convocó con urgencia a las integrantes de la comunidad. Todas llegaron mirándose con desconfianza, y muy molestas se ubicaron cuidando de no quedar muy cerca una de otra.
Seguir leyendo «Súper Any, una araña renovada»
Siento que la poesía se arrastra bajo la densidad de esta cálida mañana bajo un revuelto techo formado de grises nubes desordenadas, de grandes rachas de viento pregonando la visita de la lluvia, ondeando como un grueso telón desplegado para opacar el día.
La poesía ha bajado los gigantes párpados del sol y la claridad en un tris se ha esfumado. Pero ella está ahí. Siempre presente. Se vuelve un voraz y ansioso zorzal, es una ágil lagartija curiosa escondiéndose entre unas ramas.
La poesía empuja al viento que sacude los árboles, forma una lluvia de hojas y semillas Seguir leyendo «Ese aroma dulzón»
Vida, existencia,
¿qué sois?
Muerte,
¿dónde nos llevarás?
Vas a venir
lo sabemos.
Llegarás.
Para entonces
no habrá presente
sólo diremos “fue”.
La frágil materia
de la vestidura terrenal
cubierta de tierra
en ella se convertirá.
Pero el espíritu
el alma,
¿en dónde estará? Seguir leyendo «Existencia»
Hace justo un año cuando la descubrí y me maravillé con su belleza. La ausencia de movimiento, su aparente abandono, eran un ruego silencioso para pasar desapercibida.
Sé que deseaba volverse invisible a los ojos curiosos que la pudiesen percibir. Para los míos, estaba en un lienzo natural, donde un eximio pintor había logrado atrapar la belleza de sus formas y colores. Seguir leyendo «Regalo»
¡Crunch! ¡Crunch! ¡Crunch! Sus mandíbulas no cesaban de morder.
_¡Ohhhh! ¡¿Quién deja estos agujeros en mis lechugas?! _ gritó don Sofanor.
La oruga se inmovilizó al oírlo, justo cuando unos dedos gruesos la cogieron cuidadosamente.
Hasta que nada alteró ese silencio, su blando cuerpo continuó sin revivir. Seguir leyendo «¡Estar viva era lo mejor!»
Las horas de este día se deslizan lentas y cálidas bajo un límpido cielo azul. La brisa ha venido a extender sus alados brazos para refrescar las superficies que súbitamente encuentra en su desordenado baile de verano. Seguir leyendo «Suave y lento»
Si pudiese
aflojar las tramas,
recomponer hebras
volver a urdir,
si en vez de hilos fuesen
letras y palabras
buscándose las palmas. Seguir leyendo «Si»
Había una vez un joven y esbelto palote marrón claro, que muy quieto e inmóvil parecía otra rama de la zarzamora donde vivía. Durante el día permanecía inmóvil, dormitando, mientras bullía la vida junto a él. Siempre se le oía decir lo mismo:
_Si fuese más pequeño… Si pudiese dormir de noche… Si tuviese alas… Si encontrara con quien conversar…
Era el menor de su familia y ellos nunca abandonaban ese lugar; en cambio él, al terminar cada día, luego de alimentarse, sentía la imperiosa necesidad de salir. Seguir leyendo «Una singular amistad»
Hace unos días he recorrido algunos kilómetros lejos de casa y ello ha servido para que mis ojos pasearan por sobre los amarillos campos de trigo recientemente cosechados, que refulgían a cada lado del camino recibiendo el abrasador calor del majestuoso sol estival.
Hubiese querido elevarme o viajar sobre las alas de algún ave poderosa para apreciar desde muy arriba las huellas que fueron dejando las enormes y ruidosas máquinas que pasaron una y otra vez por las maduras explanadas extrayendo los preciados granos. Me imagino que me extasiaría ante los singulares recuadros, con millones de puntadas doradas formando caprichosos bordados. Y quizás si percibiría también, la silenciosa dicha de la pródiga y humilde tierra. Seguir leyendo «Verano, tiempo de cosechas»
En pleno verano y en medio de un gran campo de trigo ya cosechado, dormía plácidamente el despreocupado ratón Ton Ton. Su pancita subía y bajaba acompasadamente, mientras la brisa despeinaba sus bigotazos oscuros. Soñaba durmiendo entre unos leños junto a un gran fogón y a un calor exquisito.
De pronto, sintió que su rabo ardía. Abrió los ojos y una llama anaranjada chamuscaba el extremo de su cola. Seguir leyendo «Ratón Ton Ton»
_¡Oh, me asustas!
_Lo siento, ¡discúlpame!, pero desde aquí puedo ver dónde están las lechugas. He mudado por última vez y necesito alimentarme muy bien.
_Está bien. Aguardaré con ansias tu regreso para admirar los hermosos dibujos y colores de tus alas. ¡Dime que volverás!
_¡Lo prometo! Serás la primera flor que visitaré.