Suave y lento

cineraria

Las horas de este día se deslizan lentas y cálidas bajo un límpido cielo azul. La brisa ha venido a extender sus alados brazos para refrescar las superficies que súbitamente encuentra en su desordenado baile de verano.

Domingo de ocios,  de horarios abandonados,  mientras descansa la vista observando el vaivén de las copas de los árboles, que apretujadas se entrecruzan y sacuden, como plumeros colosales. Y,  a la sombra, se arropa mi piel intentando guardarse el calorcillo generoso para recordarlo mucho más tarde, cuando el invierno se instale.

Suave y lento,  las horas del estival domingo continúan su marcha de paz y holganza.

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5 comentarios en “Suave y lento

    1. Hasta el mediodía eran lindos los domingos, cuando trabajaba; después la cercanía del lunes los volvían inquietantes. Ahora los disfruto más, pero muchas veces termino más que cansada, luego de despedir a todos aquellos que han venido de visita…
      Un abrazo grande, Ana.

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