Ladraron muchísimo los perros aquella noche, pero el vendaval ahogó la agitación en el gallinero.
Al día siguiente, mientras escarbaba, la gallina castellana decía:
_¡Huy, qué susto tuve! ¡Sentí muchos pelos rozando mi cresta!
_¡Lo supe! ¡Andaba un intruso! _agregó la colorada.
Enseguida, conversaron con sus inquietos polluelos y eso bastó para seguir comiendo confiadamente.
Temprano se retiraron a descansar.
Sólo al amanecer extrañaron el vigoroso canto del gallo. Curiosas subieron al techo para mirar y allá muy lejos divisaron un paquete de plumas blancas.
El astuto zorro había sido el extraño visitante, pero había dejado su presa abandonada.
(Breve historia en cien palabras para ejercitar lectura y comprensión en niños de entre siete a ocho años.)
Genial Sari. Astuto el zorro y linda y real historia por ti contada…para todos. Un beso. Buen juueves
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¡Gracias, Winnie! Lo de real es a medias. La historia surgió cuando una mañana, desde mi casa observé a lo lejos una especie de paquete blanco tirado en mi sitio. Pensé que el viento habría acarreado una bolsa plástica; pero como nunca cambió de lugar acudí a ver y descubrí que era lo que restaba del gallo del gallinero de mi vecino. En varias ocasiones he visto pasar al zorro merodeando en busca de presas.
Que tu jueves termine muy bien.
¡Un abrazo!
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Qué tierno cuento! Un abrazo querida amiga y que tengas un feliz día! 🙂
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¡Gracias, Lidia! ¡Que disfrutes de tu tiempo sin alumnos y del verano, amiga!
¡Besos!
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Un cuento muy original Sari! me gustó!
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Gracias Elia!!
😊😊😊
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Un bonito cuento, terrorífico para las gallinas. Seguro que ponen los huevos hechos mayonesa!😀😉😙
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¡Ja,ja,ja! ¡Pobrecillas!
De vez en cuando el zorro husmea por acá.
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