A veces
felizmente
sólo a veces
prescindo de todo
lo mínimo
habitual
necesario
y conocido. Seguir leyendo «A veces»
A veces
felizmente
sólo a veces
prescindo de todo
lo mínimo
habitual
necesario
y conocido. Seguir leyendo «A veces»
Hoy, como hace ya unas cuantas mañanas reparé en mi rostro, donde sin notarlo fue anidando el tiempo. Una a una cada brizna, cada pequeña hoja, cada semilla, cada ínfimo guijarro, se fue enlazando al compás de la vida, formando una cálida coraza; un entramado para resistir soles, fríos, penas, alegrías, esperanzas, breves descansos, madrugadas; las voces de los hijos, sus pesares, dolores, también sus risas. Y ahí estaba el aliento, la fuerza, el coraje, la mirada firme para vivir el vaivén constante. Siempre ahí, fuerte, incólume, perenne. Seguir leyendo «Después de tantos caminos»
La lluvia se ha enamorado de la primavera y no ha podido abandonarla. Su amor se ha vuelto enfermizo y egoísta, la quiere sólo para ella. Vuelve una y otra vez para limpiar de polvo cada hoja; para empapar la buena tierra guardadora de simientes; para ascender fresca y briosa desde las raíces hasta las abiertas corolas, que por la luz del sol penan y claman. Para bailar en los lagos, ríos y lagunas; para bajar a recorrer los arroyos subterráneos; para dormir silenciosa en los oscuros pozos hasta saberse vehementemente deseada durante el cálido verano. Sí, ha sido buena su presencia, generosa su estada. El reverdecido paisaje y nuestras pupilas lo agradecen. Seguir leyendo «Música de la estación»
Las nubes viajan
efímeras y suaves.
Versos del cielo.
(Espero haber acertado calificándolo como un müki.)
Las alargadas sombras
sienten la brisa fría.
Cesan los vuelos
los nidos cobran vida… Seguir leyendo «Parpadea la tarde»
Esa tarde, unos agudos gruñidos rompieron la placidez del paisaje.
_¡Hiiiiiiii…! _¡Hiiiiiiii…! _chillaba un pequeño marrano mientras los colmillos de un perro presionaban su cuello.
La familia porcina rodeó al can amenazadoramente obligándolo a desistir y escapar.
Luego, cabizbajos, temerosos y preocupados corrieron buscando la seguridad del chiquero; pero no pudieron ingresar. Un vallado nuevo y desconocido reemplazaba al deteriorado cerco anterior.
Huiré de mi espesura
saldré a campo abierto
como en una travesura.
Derramaré la cascada
que agita mis pestañas
desataré los apretados nudos
que pueblan mi hondonada
aplastaré las quebradizas hojas
que tapizan mi explanada
cortaré los hilos de mi telaraña
avivaré el fuego que me inflama
y fluirá fresco el torrente
que me avasalla.
Foto Cascada de la Ánimas, región Metropolitana, Chile.
Poema rescatado del baúl de los recuerdos, con las promesas de mis años de adolescente.
Precioso poema de Manuel un amigo poeta, chileno, que merece ser compartido. En su blog encontrarán mucho más. Los invito a visitarlo.
Silenciosa la luz se cuela sin remordimientos extendiendo su luminosa invitación sobre mis ojos cerrados, ahora que los días despuntan más temprano.
Al instante recuerdo el gran patio, donde la primavera vació su invisible equipaje y en él fue colgando sus alegres vestidos blancos, rojos, lilas, amarillos, rosados… ¡Cuál más bello y perfumado! Desde entonces más fuerte trinaron y danzaron todos los pájaros. Seguir leyendo «Haibun #6»
Observó todo perfectamente dispuesto sobre la cama: velo, vestido, ramo de flores, guantes… La tibieza del agua en la tina abrazó su cuerpo y sus pensamientos, invitándola a bajar sus párpados cansados. Enseguida, los blancos pétalos de las rosas se enredaron en su pelo negro… Suave, imperceptiblemente, desde esa horizontal guarida abandonó su cuerpo. Mirando desde lo alto, se dejó guiar por esa maravillosa luz que la llamaba.
Esta entrada es para participar en el Reto 5 líneas del blog adellabrac.es
Palabras reto octubre: perfectamente, horizontal, negro.