Un excelentísimo relato de Ángel, como todo lo que he leído de él. Lo más probable es que esté entre los mejores alumnos del taller de escritura. Os invito a visitar su blog y comprobarán que así es.
Mi vecina es puta. No es prostituta, ni chica de compañía, ni tonterías por el estilo: puta; y cualquier término que use para suavizar su situación solo servirá para proteger mi propia conciencia miserable. Mi vecina es puta y ayer la vi desde mi cocina, un piso más abajo de la suya, sentada en el alfeizar de la ventana dispuesta a saltar, harta de ser tratada como un trozo de carne por el resto de la gente. Porque eso es lo que es para todos nosotros: un trozo de carne sin sentimientos ni derechos que una piara de bestias alquila por un precio ridículo para liberar sus instintos más bajos en cualquiera de los tres agujeros que están disponibles en su cuerpo.
Era noche cerrada, pasaban más de las dos de la madrugada y éramos los únicos que estábamos despiertos en todo el edificio. Al ver luz en el patio…
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Me he quedado con la boca abierta, es genial este relato, tiene un personaje duro de describir por su cobardía y poca moral.
Besos primor.
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¡Me alegra que aprecies su valor! ¡Es todo un personaje y crearlo no es fácil!
¡Besos!
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¡Qué bueno, sari! Gracias por rebloguearlo…
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¡Cuánto me alegra que aprecies su calidad! 😀 😀 😀
¡Un abrazo! 😊😊😊
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Me ha gustado mucho el personaje, la reflexión, el todo. Gracias Sari. Besos.
Un fuerte abrazo.
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Excelente, ¿verdad? ¡Qué bueno que te ha gustado, Julie!
¡Un abrazo de tarde primaveral con aroma a madreselvas, desde aquí!
¡Besos! 😘 😘 😘
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Qué bueno el relato y qué bien huele la madreselva😊😙
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Muy de acuerdo, Note; el relato es muy bueno.
No te imaginas lo agradable que resulta salir fuera de casa y percibir un suave aroma a madreselvas viajando en alas del viento. Si las hueles junto a tus narices, su aroma resulta demasiado fuerte; pero así, danzando en la brisa, ¡sabe a primavera y a vida!
¡Un gran abrazo, Note!
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