─¡Mamá! ¡Por favor! ¡Voy en la tercera vuelta…! ¡Estoy agotada! ¡Anda, quiero volver a la telaraña..! Mis amigas de facebook estarán preguntándose dónde estoy; no puedo permanecer tanto tiempo desconectada…
─El verano es el tiempo ideal para fortalecer tus articulaciones, hija, y este gimnasio natural no durará mucho. Después les explicas. En whatsapp encontrarás la foto que te acabo de tomar.
«Tan anticuada la madre que me fue a tocar», se dijo la arañita y continuó bajando y escalando paredes rosadas, sudando y rezongando; pero también saboreando el exquisito picor que dejaban en su boca las diminutas hormigas que iba encontrando.
Imagen: flor de dalia en mi jardín.
Desde El Cielo 
Jajaja. Estos críos, siempre se quejan por todo.:)
Preciosa flor, que maravilla es perfecta es su desarrollo.
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Quería compartir su belleza y le saqué partido a esa pequeña que jugaba por ahí.
¡Gracias Antonio!
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Hay que ver lo que da un jardín y tu cabeza juntas. Bonita flor y palabras.
Abrazo.
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Frutos de la naturaleza y de la imaginación, Rosa M. ¡Eso es lo que dan! ¡Gracias por comentar! ¡Un abrazo!
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La imagen es muy hermosa. La cantinela sobre el cansancio infantil es pura matemática, va con la edad. Un abrazo.
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¿Va con la edad? ¿Se les pasa alguna vez…?
Esa clase de dalia es muy hermosa; la que más me gusta de ellas, aun cuando es de menor tamaño que la generalidad.
¡Abrazos!
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Jajaja, al menos de cara a papá, parece que no se les pasa nunca.
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😂😂😂😂😂
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Ja, ja, qué pesadas somos las madres, ¡de cualquier especie!
La foto es preciosa, qué flor tan curiosa y Bonita. 🙂
¡Abrazos!
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Sí, Luna; las madres pareceremos siempre pesadas a ojos de los hijos, porque siempre estamos demasiado cerca de ellos, en el menor o mayor detalle del día a día. Quizá varíe algo la percepción cuando deban criar a los propios.
Imagino que las dalias se cultivan también por esos lares. Existe una gran variedad; pero esta, en particular, me gusta y atrae mucho más.
¡Besos!
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Qué bonito texto y qué hermosa la dalia de tu jardín, gracias Saricarmen.
Un fuerte abrazo.
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A ti, Isabel, que me lees y comentas. ¡Me agrada mucho que te haya gustado!
¡Abrazos!
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Es un placer adentrarse en tu blog.
¡Buen día!
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😊😊😊😊😊
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Una historia simpática con el fondo de una foto maravillosa. Abrazos.
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¡Qué buena y certera descripción, Carlos! ¡Me gusta!
¡Abrazos!
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Refrescante por demás. Bien logrado y nos sacas del tedio.
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Me encanta que lo percibas de ese modo. ¡Gracias Manuel!
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La dalia más bonita no puede ser. Y la historia de la arañita enganchada a las redes me ha hecho mucha gracia.
Lo raro es que no se esté haciendo selfies mientras da vueltas y vueltas.
Un abrazo, Sari
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¡La mamá la obligó a dejar el móvil en casa…! 😠 Y con ocho patas… ¡lindas que le hubiesen resultado las selfies…!
¡Gracias por leer y comentar, Paloma! (Por torpeza había enviado tu comentario a spam; he ahí la demora para responder)
¡Abrazos!
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Una preciosidad, como tu sensibilidad Sari…dalia, arañita…si es que no hay nada como la naturaleza que nos rodea.
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Sí; la naturaleza está llena de detalles que nos asombran; solo tenemos que ocupar un poco de nuestro tiempo para descubrirlos y disfrutarlos. Me alegra que te haya gustado, ¡gracias!
¡Un abrazo!
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Una dalia preciosa y muy moderna,jajajaja
Me gusta Sara. Disfruta de ese bonito jardín y la buena temperatura.
Un abrazo
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¡Me alegra que te guste Marisa! Son muy fieles las dalias, asoman sin ayuda y luego regalan sus colores. La buena temperatura ya comienza la retirada; así que supongo que el sol ya les hace guiños a ustedes.
¡Abrazos!
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Preciosa entrada, Sari, sorprendente y original… Una bocanada de aire fresco, humor y ternura. Me encanta tu mirada siempre. Un abrazo
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A veces lo sencillo, natural y común también despierta la magia de escribir, y acabé prestándole características humanas a aquellos pequeños seres con los que no nos sabemos comunicar. Me alegro que te gustara, Eva.
¡Un abrazo!
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¡Que bella flor Sari! ¿Tu tomaste la foto?
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¡Claro que sí y con el movil! Es una dalia delicada y hermosa, de menor tamaño que las más conocidas.
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Me encantan las flores y nunca he visto una tan hermosa como esa dalia.
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Una madre siempre busca el bien de sus hijos, aunque ellos muchas veces por su inmadurez no lo vean así, solo ven la represión y las obligaciones que imponernos, después lo valoran, pero tenemos que esperar a que sean un poco grandes para comprender que todo es por amor.
Me encanta esa maravillosa flor de tu jardín Sari.
Te mando mi abrazote!!!!🌹🙋🏼♀️💝
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¡Hola Yvonne! Puse atención a eso de que algunos comentarios se van a spam. Revisé y ahí me encontré este tuyo, ¡plop!
Tienes toda la razón en lo que dices respecto de los hijos; mientras no se convierten en padres o viven más años, no llegan a comprender del todo nuestras conductas. Pero es como la ley de la vida, también fuimos jóvenes y no siempre estuvimos de acuerdo con nuestros mayores…
¡Un abrazo grande, Yvonne!
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