
Pedí permiso al profesor para ir al baño y confiada bajé la vieja escalera de madera oyendo sus crujidos. Al llegar al pasillo de abajo, sorpresivamente, desde atrás surgieron unos brazos y manos que me aprisionaron. Me zafé; giré: ¡era un compañero! Corrí a refugiarme en la inhóspita soledad del baño. Entiendo que él pueda haberlo olvidado: ¡estábamos en cuarto básico! Yo lo tengo a fuego grabado.
Esta es mi participación de febrero en el reto Cinco líneas del blog de Adella Brac
Palabras a incluir esta vez: manos, entiendo y pasillo