─Hermano: ¡el confinamiento está resultando aburridísimo!
─¡Tengo una idea! ─replicó─, y me llevó hasta el sótano, de donde salimos con sendas botellas del buen vino del abuelo. Es lo último que recuerdo… Ahora siento que el sol da de lleno sobre mi cara y descubro que estamos tirados en el piso del balcón, mientras la abuela está a punto de agujerearnos la barriga con su bastón.
Esta es mi participación de abril en el Reto cinco líneas del blog de Adella Brac.
Palabras a incluir esta vez: estamos, idea y vino.
Desde El Cielo 
Jejeje, pobrecilla la abuela, Sari, le han quitado ese vinito que tenía guardado ahí en su sótano seguro que bien escondido para celebrarlo ella, vaya nietos más gamberros.
Un fuerte abrazo amiga🌹
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¡No por nada la abuela estaba tan molesta! Quizás cuántas situaciones similares pueden haberse o estado produciendo en situaciones así.
¡Un abrazo grande, Yvonne!
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Una buena idea para pasarlo bien… aunque la abuela se enfade, seguro que con una sonrisa. Besos, amiga. Me gustó mucho tu buen humor.
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Al mal tiempo, mejor buena cara, ¿verdad, Julie?
Un gran abrazo, amiga.
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Ja, ja, adelantaron un poco el confinamiento. ¡Espero que no lo cojan por costumbre!
¡Un abrazo!
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Como sigan así capaz que lleguen a olvidar el confinamiento y salgan.
¡Abrazo!
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¡Hola!
Buen humor es lo que nos hace falta estos días. Me ha gustado tu propuesta,(creo que a la abuela no tanto).
Espero que estés llevando bien esta situación extraña que nos toca vivir.
¡Hasta la próxima!
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Cuesta que aflore el buenhumor; pero la urgencia ante el vencimiento del plazo para participar en el reto, me agudizó el ingenio, parece.
Continuamos en confinamiento y, naturalmente, provoca diversos momentos, unos mejores que otros. Deseo que también estés bien, José, hasta que este cuento raro en el que vivimos, nos torture menos.
¡Un abrazo!
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Las abuelas perdonan a los nietos todoooooo,jajajaja
Un abrazo, Sara.
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Es verdad, doy fe de ello! 😁😁😁
¡Un abrazo grande, Marisa!
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Tu relato es una sonrisa que se agradece, Sari. Muchas gracias y un fuerte abrazo.
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¡Gracias, Isabel! 😍 Todos estamos necesitados de sonrisas, cuesta que asomen por estos días.
¡Un gran abrazo para ti!
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Jajaja, muy gracioso el micro.
Un abrazo, Sari
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Mientras no se transforme en costumbre, la abuela terminará perdonándolos, creo. Una sonrisa es un destello en medio de los opacos días de encierro. Me alegra que te gustara, Paloma.
¡Un abrazo vestido con hojas de otoño!
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Otro desde aquí con flores primaverales, aunque no las vea mucho pero puedo imaginarlas.
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Contar tanto en tan pocas palabras. Impresionante!!
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Nunca pensé que podría; pero ¡ya ves que sí! Podrías intentarlo; quizá te cueste más, pues acostumbras a escribir más largo.
¡Un abrazo!
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He recordado a mi abuelita 😅 a la pobre le sacaba grandes enojos.
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¡Eras bastante traviesa, entonces! Aunque las abuelas, a veces, no son muy pacientes que digamos…
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Bueno mi abuela me decia que era un demonio y cosas parecidas cuando se enojaba, era muy católica, obcecada, íbamos todos los días a misa y después a rezar el rosario; como comprenderás una niña no se adapta a esas cosas.
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¡Ohh…! Esas abuelas mas antiguas solían ser así. Ahora, adulta, puedes comprenderlo mejor.
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Claro que la comprendo, aunque no me arrepiento de mis travesuras.
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Esa sí que es buena idea para matar el aburrimiento.
Pero al final no sé qué será peor, si la resaca o la bronca de la abuela. 🤣
Cuántas trastadas habremos hecho en nuestra infancia.😉
Saludos.
Cris.
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Como humorada estaría bien; pero hay que darse a la tarea de encontrar o crear formas para entretenerse y no sentirse aburrido permanentemente.
¡Oh, sí! Trastadas ingenuas, de vez en cuando alguna intencionada. Así es la infancia, creo que todos recordamos algún especial suceso 😁.
¡Gracias Cris por tus visitas y comentarios!
¡Abrazos!
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