Participación en el reto Escribir jugando https://lidiacastronavas.wordpress.com/2020/12/01/escribir-jugando-diciembre-3/
Apareció una mañana tirado sobre la arena empuñando una pala, con enmarañada barba roja y sin pata de palo. Los nativos lo creyeron escapado de un cuento, o bien, tan real como las rocas. Espiaban sus movimientos y cuando dormía le llevaban comida. Al cabo de unos días comenzó a cavar incansablemente. Con gran asombro vieron asomar las paredes del Palacio de las Mareas y se asustaron muchísimo. Un sonido metálico detuvo la pala del pirata. ─¡El tesoro! ─gritó enardecido. Al instante oscureció. El mar, furioso, se apoderó de la playa. Solo quedó la selva y su gente para recordarlo.
100 palabras.