La presa abandonada

gallina-ponedora-rojaLadraron muchísimo los perros aquella noche, pero el vendaval ahogó la agitación  en el gallinero.

Al día siguiente, mientras escarbaba, la gallina castellana decía:

_¡Huy, qué susto tuve! ¡Sentí muchos pelos rozando mi cresta!

_¡Lo supe! ¡Andaba un intruso! _agregó la colorada. Seguir leyendo «La presa abandonada»