Tal era la urgencia por orinar, que sin mayor cuidado se aventuró por un estrecho camino entre los arbustos. Al ir bajando sus pantalones perdió el equilibrio y terminó con las manos en el suelo. ¡Horror! Desde una chorreaba una blanda y oscura pasta maloliente, huella irrefutable de algún antecesor. Con nada logró quitarse la fetidez. El deseado paseo al campo fue un desastre y hoy es parte memorable entre sus anécdotas de la niñez.
Esta es mi participación en https://surcaletras.com/reto-de-escritura-5-lineas-julio-2021/
Palabras a incluir esta vez: bajando, parte y manos.
¡Ay, qué asco! jajajajajaja
Esos arbustos eran muy visitados.
Un abrazo, Sara.
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¡Hola Marisa! Sí, muy asqueroso y basada en hechos reales. Nos invitaron, a mí y una prima, para concurrir a una festividad de San Sebastián y era tal el gentío y aglomeración en el pequeño pueblo, que se volvía muy improbable acceder a un baño. Entonces, claro, ir hasta los alrededores resultaba una solución. Pero, por lo visto, a muchos se les ocurría lo mismo. Y cero alcohol gel por ese entonces y el agua del estero, el pasto ni nada quitaba el olor. Mi pobre prima no fue capaz de probar bocado en todo el día y nunca más pudimos olvidar tan desagradable suceso.
Me alegra que ahora hayas podido dejar un comentario. Un grado bajo cero en este momento.
¡Buen finde! ¡Un abrazo!
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ja, ja! Muy buena. Redactado con elegancia, minimiza la fetidez.
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Paula, ¡eres muy amable! Es una anécdota desagradable de vivir, pero el paso de los años ayuda a que ahora podamos recordarla con humor.
¡Un abrazo!
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Jajajaja, qué ascazo. Pero cuando hay que ir, hay que ir, qué le vamos a hacer…Estoy por asegurarme siempre una botella de gel por si las moscas…
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Ahora no sería tanto el problema, porque generalmente en los vehículos llevamos toallitas húmedas y gel. Además, con carreteras más modernas, hay paradas y lugares apropiados para todas las necesidades que pueden surgir en un viaje.
¡Gracias por comentar, Aurora!
¡Un abrazo grande!
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Saricarmen, una vez que ya ha pasado, anécdotas como esta ayudan a echar unas risas y recordarlas siempre.
Un abrazo.
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Sí, Ángel, tienes toda la razón. Eso ocurre a lo lejos, cuando solemos encontrarnos con esa prima y reímos de buenas ganas, aun cuando vivirlo fue asqueroso.
Deseo que estés bien, amigo.
¡Un abrazo!
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