Hace más de un mes, pero aún siento una extraña sensación. Cada día vuelvo al lugar por donde escapaste con la ilusión de encontrarte en el suelo, agotada. No tengo certeza de lo ocurrido, pero tu edad y deterioro vuelven probable tu muerte. No pude despedirte, acariciarte, ni darle un lugar de descanso a tu cuerpo. «Sol»: leal guardiana y compañera, no estás, te extraño, y secretamente reconozco que mi esperanza se niega a desaparecer.
Palabras a incluir este mes: descanso, extraña y suelo.
Esta es mi participación en el Reto 5 líneas del blog de Adella Brac
Esta vez mi participación en el reto está dedicada a un hecho real: la desaparición de «Sol», nuestra perra ovejera de más edad (13 años). Últimamente estaba muy deteriorada físicamente, permanecía durmiendo casi todo el día, se incorporaba y caminaba con dificultad, veía y escuchaba muy poco, y cada mañana me preocupaba de ver dónde se encontraba, pues temía que un día amanecería muerta. Sin embargo, sucedió lo que nunca imaginé: la noche del 25 de agosto, junto con su hija hicieron una abertura en la malla que rodea el límite más cercano a la casa y salieron (las noches de luna llena las mantienen más alertas de lo habitual y los conejos abundan afuera); pero ella no regresó. Al día siguiente la buscamos, indagamos con los vecinos más cercanos, pero nadie la vio. Puede haberse alejado demasiado y el agotamiento le impidió volver; puede haber visitado algún gallinero y le dispararon; puede haberse quedado atorada en el pantano junto al estero y no tuvo fuerzas para salir… Puede… puede… , el hecho es que no está. No soy de andar acariciando los perros todo el tiempo; sin embargo con ella se produjo un vínculo especial cuando llegó el momento de su primer parto y me buscó para que la ayudara. Venciendo mi ignorancia, asco y temor, tuve que asistirla para sacar cada uno de sus ocho hijos en un parto que duró muchas horas. Eran tan grandes sus hijitos, que se le quedaban atorados. Después de las 21:30h, cansada las dos y creyendo que ya no vendrían más, me fui a dormir. Al día siguiente, con pena comprobé que aún restaba uno por nacer y no pudo lograrlo sin ayuda: colgaba inerte desde su vagina.
Desde esa vez nos convertimos en más cercanas y nunca dejó de acompañarme en cualquier actividad que yo estuviese haciendo fuera de la casa. Nos tuvimos un cariño muy especial y me regalaba, además de su compañía, paz y seguridad.
Es una conmovedora historia de amistad y fidelidad, los animales de compañía cuando desaparecen de nuestra vida dejan un tremendo hueco en la felicidad. Un abrazo.
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¡Gracias Carlos! Sabía que pronto podría morir, pero esta partida así, el desaparecer de un día a otro me ha dejado una sensación muy rara. Me ha hecho repensar en el dolor de tantas familias que durante la dictadura perdieron a sus seres queridos y nunca supieron exactamente qué pasó con ellos. Por supuesto que el dolor no es comparable con el de ellos; pero la situación es parecida. A veces me hago la ilusión que alguna familia al verla tan viejita y venida a menos, se apiadó de ella y la acogió. En fin, los días continúan pasando y creo que ya no volverá.
¡Un abrazo grande, amigo!
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Qué bonita historia y qué lástima su pérdida, aunque le quedara poco tiempo. Lo siento mucho.
El micro es muy chulo, pero la historia real lo ha opacado, no te voy a mentir, si hasta me ha emocionado.
Un fuerte abrazo
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¡Gracias, Luna! Cuando vivo hechos dolorosos soy incapaz de relatarlos, necesito dejar pasar los días. Ahora ya pude hacerlo y eso me alivia un tanto.
Ella era de una gran energía, ladridos poderosos, hermosos colores, grande, imponente; pero a la vez obediente, prudente, respetuosa y cariñosa con los niños. Todos los perros son diferentes, pero ella fue la mejor que hemos tenido. La recordaré siempre con gratitud.
¡Abrazos, Luna!
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A mí también me ocurre, eso de tener que dejar reposar las malas experiencias.
Yo nunca he tenido perros, aunque me encantan, pero no tengo ni sitio ni tiempo para atenderles como se merecen, pero gatos sí, se sufre su pérdida y, como dices, con todos no surge el mismo sentimiento. Como con la personas, al fin y al cabo.
¡Un abrazo enorme y mucho ánimo!
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¡Muchas gracias, querida Luna! Aquí en el campo son imprescindibles los perros y también los gatos, por muchas razones. Lo mejor de todo es que pueden disponer de un gran espacio y de vida natural.
¡Un gran abrazo y que tengas un buen fin de semana!
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Qué triste lo que cuentas. Conozco personalmente lo triste que es perder a un compañero perruno. Y más aún con la incertidumbre de no saber qué ocurrió.
Quédate con la lealtad y fidelidad que te demostró, y el cariño, que seguro fue mutuo.
Saludos.
Cris.
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¡Gracias Cristina por tu ánimo y buenos deseos! Poco a poco voy convenciéndome de que no volverá y estará aliviada de sus malestares.
¡Un gran abrazo, Cris!
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No imaginas cuánto lamento el triste final de esta preciosa historia amiga.. solo quédate con lo feliz que fue su vida a tu lado y piensa que, este donde este, siempre permanecerá en tu corazón y tu en el suyo. Un fuerte abrazo y gracias por darnos a conocer la historia de este angelito de cuatro patas..
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A ti mis agradecimientos por leer y comentar. El recuerdo de «Sol» permanecerá, pues ese silencioso lazo de afecto que nos unía vivirá siempre en mi corazón. Tuvo una vida feliz con un gran espacio para disfrutar a sus anchas, rodeada de un entorno natural (vivo en el campo).
He visitado tu blog, Mario, y me han encantado tus preciosos dibujos, tu amor por la naturaleza, los animales y la belleza de lo sencillo.
¡Un abrazo desde el sur de Chile!
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Ohhh, qué pena. Como dice tu título, la esperanza nunca muere…No obstante siempre te quedarán todos los años y experiencias tan intensas que vivisteis juntas. Un beso, Sari.
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Así es Aurora, ha sido triste la forma en que dejó de estar con nosotros, pero los recuerdos permanecerán.
¡Feliz fin de semana! ¡Un abrazo!
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Siento mucho lp ocurrido, Sari. Y te entiendo perfectamente. Es triste cuando un compañero/a querido mjere, pero para mí es peor no saber cómo fue, dónde fue y poderle acompañar al final. Tuve la misma experiencia con mi gata. La recuerdo a menudo, y nunca sé dónde situarla. He terminado por aceptarlo y recurro a la imaginación para verla en un campo precioso, con hierbs, flores y árboles a su alrededor, como dormida.
Un abrazo grande.
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¡Ay!, Eva, me cuesta imaginarla dormida y feliz… Aquí en el campo hay todo tipo de pequeños y grandes depredadores… Pero guardaré los bellos momentos, esos permanecerán. Lamento lo de tu gata, además que supongo era de casa. Los míos son de afuera, para que ahuyenten a los ratones.
¡Un gran abrazo para ti!
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Oh, qué pena, Sari.
Sobre todo no haber podido despedirte de ella.
Lo que te ha dicho Eva es muy bonito, puedes ponerlo en práctica.
Un abrazo
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Lo más triste ha sido eso: no poder despedirla. Como le decía a Eva, por acá abundan ratones, perros asilvestrados, zorros, aves rapaces; entonces me cuesta imaginarla reposando en paz. Pero bueno, es lo que es y debo aceptarlo. Que estés muy bien.
¡Un gran abrazo, Paloma!
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Uffff, no me extraña tu intranquilidad.
Un beso, Sari
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Me encanta dentro de pena y tristeza
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¡Gracias Luces y sombras!
¡Un abrazo!
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un placer sari
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Hola Sari! Siento mucho lo de tu perrita. Cualquier vínculo afectivo asi de fuerte con nuestras mascotas suele provocarnos una honda tristeza cuando llega la hora de que ya no las podamos tener con nosotros. Por suerte siempre la tendrás en el recuerdo.
Saluditos! 😉
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¡Hola Littlecat! ¿Cómo estás? Agradezco mucho tus lindas palabras de consuelo. Ya voy aceptando la realidad, justo ahora que llega mejor tiempo y permanezco más momentos fuera de la casa sentiré que ,e acompaña desde el silencio.
¡Un abrazo grande, amigo!
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Toy bien Sari. Solo que llevó un año con mas trabajo que un egipcio en las pirámides. Poco tiempo para dedicarle a otras cosas.
Cuidate! Suerte!
Y disfruta del buen tiempo. 😉
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Me alegra que estés bien, aunque lamento que las obligaciones laborales te absorban tanto; son etapas, ya vivirás otras.
¡Abrazos!
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👍👍
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Tu relato es muy hermoso, Sari, y la historia que nos cuentas de tu perrita absolutamente entrañable y triste. Entiendo tu sentimiento de pérdida que irás superando poco a poco pero que siempre permanecerá en tu recuerdo.
Un abrazo muy especial, amiga.
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¡Gracias a ti, Isabel, por tu reconfortante comentario! El tiempo suaviza aristas y decanta dolores; su recuerdo me acompaña, bien lo dices.
¡Un fuerte abrazo!
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Lamentable.
Pero hay muchos animales que se esconden cuando sienten que van a morir.
¿Sería eso?
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Puede haber sido lo que mencionas, Luis; nunca lo sabremos. De joven siempre le gustó excavar bajo las rejas, por la noche, y salir a recorrer los alrededores; pero desde el año pasado apenas podía con su cuerpo y hasta su ladrido era débil. En fin, fue la más hermosa y sabia, para mí. Se quedó en mi corazón. Gracias por tu visita, Luis.
¡Un abrazo!
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Un abrazo para ti.
Y lamento tu pérdida.
Sé lo que se siente.
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Que triste relato y que experiencia tan dolorosa!! El vínculo que se crea con los animales es a veces más fuerte que con algunos humanos. Yo tuve una pareja de perritos que, al venirme a España los dejé con mi hermano mientras arreglaba sus papeles para traerlos (aquí son considerados peligrosos los doberman) y cuando por fin podía traerlos murieron. De eso hace varios años y aún lo siento como si fuera hoy. Ánimo y un abrazo 🐾
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Ya no estoy yendo por las mañanas a mirar el lugar por donde salió; he ido aceptando que ya no volverá y que siempre la recordaré con mucho cariño y gratitud. Una pena también lo de tus perritos; deben haberte extrañado tanto como tú a ellos. ¡Gracias por tu ánimo!
¡Un abrazo!
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¡Me gusta!…
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¡Gracias, Nevel!
Un abrazo!
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