Y el Optimvs mensi es para…

No puedo negarlo: aquí estoy con una sonrisa de oreja a oreja. Tendría unos quince años, creo, cuando en un concurso de cuentos organizado por la Municipalidad de donde vivía, obtuve un premio. Del cuento no me pregunten, porque nada me acuerdo. Lo que sí aún conservo es el libro con una versión del Quijote de la Mancha (hace mucho no lo veo y supongo que está en algún lugar de mi casa). Como ya se habrán dado cuenta, ¡harta agua ha pasado bajo el puente…! Y ahora, cuando ha cesado mi vida laboral fuera de casa (la de esta última no se acaba nunca) y puedo retomar mi afición a la lectura y escritura, es Lídia quien me ciñe una corona de laureles!
¡Mi cariñoso abrazo y agradecimiento para ella y todos los demás!

El Blog de Lídia

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El viernes os hacía eco de todas las creaciones presentadas al reto de Escribir Jugando del mes de septiembre.

Como cada mes, me ha resultado muy difícil escoger, pero ¡lo he hecho!

Mención especial

Quiero hacer una mención especial para Jmvanjav, que se presentó con el micro «El escribiente del Marqués». Pero no solo creó ese micro, sino que escribió una cantidad de poesías y breverías, muy originales y sorprendentes. Algunas están en forma de comentarios en diversas entradas y me ha sido imposible recopilarlas, pero os invito a visitar su blog para comprobarlo: Hasta en 500 palabras+

¡Enhorabuena, JM! Por tu imaginación prodigiosa, por tu gratificante entrega y por esa pluma tan sensible a la hora de escribir poesía! Me alegra un montón que mi reto te haya inspirado tanto.


Antes de continuar quiero agradecer a todas las personas que participaron, por su tiempo, sus ganas y su…

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La huida

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https://lidiacastronavas.wordpress.com/2018/08/01/escribir-jugando-agosto/

Me inmovilizó una pesada red al salir del puente colgante, y caí desvanecida.  Desperté  bajo un bello y extraño árbol, cuya corteza era una perfecta piel humana. Se estremeció al abrazarlo y sentí que podía confiar en él. Muy bajito, le pregunté cómo escapar. Una gota mojó mi cabello, al tiempo que oí: _Estoy hechizado; juntos podemos lograrlo. Las respuestas venían en las translúcidas gotas. Me introdujo en una y, alargando su tallo, llegué al fondo del barranco para rescatar su espada. Al regreso, roto el hechizo, la balanza se inclinó a nuestro favor: una densa niebla permitió que escapáramos.

Es mi participación de agosto en el reto «Escribir jugando»   del blog de Lídia