Sin más opción

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Al reparar en el deteriorado rostro y cuerpo de esa pequeña figura sólo atinó a decir:

_Nooo…no quiero terminar así…con el trasero moreteado y oyendo todo tipo de improperios…

Me resisto a llegar. Permaneceré donde nadie me pueda encontrar.

_No tienes otra opción _dijo la maltrecha figura.

En ese instante las burbujas hicieron saltar los corchos desde las botellas y los programados fuegos artificiales ruidosamente comenzaron a subir y estallar.

Sintió el abrazo del derrotado, que con gran esfuerzo le propinó un gran empujón.

Luego luces, sirenas, gritos, risas, canciones, mientras una pesada mochila de deseos su espalda curvó.

(Imagen: http://upload2.weddbook.com/blogs2/870/recargando-motores-para-darle-un-empujn-al-blog-193-int.jpg)

Suavecita no era una bribona

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¡Tantas veces se lo había dicho su mamá! ¿Cómo no lo recordó? Marijesu miró hacia todos lados buscando una forma de salir. Pero nada. Había entrado al clóset y la puerta estaba atorada, no se abría. Mejor sería no asustarse, acomodarse lo mejor posible y disponerse a dormir. Faltaba como una hora para que su madre regresara del trabajo.

Cerró sus ojos y oyó una vocecilla muy suave, muy dulce, que le dijo:

_ ¡Ven, sígueme! Conocerás mi mundo. Seguir leyendo «Suavecita no era una bribona»

Medicina natural

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Temprano salí a respirar aire fresco para sentir el rocío pegado a mis zapatos, para llenarme de fresca energía, para pasear mis ojos entre disímiles corolas y verdes láminas, para ganarle al sol que más tarde con sus candentes rayos nos apabulla y anonada.

Entonces volaron mis manos hasta el follaje de las salvias para quitar sus flores que olvidadas del azulino color ahora lucían marrones, oscuras, cansadas. Seguir leyendo «Medicina natural»

¡Ay, Navidad, Navidad!

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¡Ay, Navidad, Navidad! (Menos mal que es una vez al año…) Me acabo de sentar después de haber pasado un largo rato intentando decorar unas galletas navideñas que se me ocurrió preparar. Y digo intentando, porque mis dedos son un tanto torpes en cuanto a decoración se refiere. (De muestra un botón, en la foto.)

Pero, ¡qué va! ¡Qué le vamos a hacer! Las cosas preparadas en casa tienen un sabor especial y ya tendré tiempo para descansar.

Esta es una linda ocasión para agradecer a toda esta comunidad tan gentil, simpática, acogedora y cálida que me ha abierto sus puertas y me hace sentir muy a gusto en ella. Para todos vayan mis sinceros deseos de que vivan unas hermosas fiestas de Navidad y fin de año.

¡Muchos besos, abrazos y felicidades para todos por igual!

Abuela

_Abuela.

¡Qué lindo suena

en tu boca pequeña!

Sólo seis fonemas

tres golpes de voz

trenzados ellos

con dorados hilillos

invisiblemente urdidos

en un cálido tejido

de puro amor.

Versos inspirados en mi nieto Diego, a quien también suelo nombrar como «El repartidor de amor».

Siempre habrá algo para disfrutar

 

cedEl campo en primavera, en complicidad con el sol, se vuelve un permanente regalar.

Los paisajes de tiñen de verde, de esperanzadas yemas, de empinados brotes, de coloridas flores, de dulces perfumes, alegres trinos, y mucho más.

Y disfrutando tantos regalos ni cuenta nos damos que ya el verano a la vuelta de la esquina está.

Van quedando muy pocas flores de madreselva, de los jazmines, ¡ni hablar! Pero ha llegado el tiempo de las tersas, dulces y jugosas cerezas. También de las verdes y cristalinas grosellas, que muy pronto el sol hacec comenzado a colorear.

Luego madurarán las sementeras y siempre habrá algo para agradecer a la vida y disfrutar.

Un justo final

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Había una vez un personaje invisible que adoraba el invierno y se volvía poderoso cuanto más frío hacía. Nadie podía verlo, pero muchos sufrían las consecuencias de su visita cuando llegaba junto a su mejor amigo, el señor Catarro.

Así, un día, un pequeño niño de cuatro años llamado Totó, despertó con dolor de cabeza y sin apetito. Su mamá le tomó la temperatura, puso cara preocupada, y dijo:

_¡Mmm…! ¡Tienes fiebre!  No podrás ir al colegio hoy; te quedarás en cama. Prepararé unas ricas limonadas para que bebas durante el día. ¡Ya verás que pronto te sentirás mejor! Seguir leyendo «Un justo final»

Tanta risa los hizo llorar

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Cierto día la familia ciempiés se preparaba para un largo viaje.

Entonces, la previsora mamá trajo los cómodos zapatos que guardaba para esas ocasiones.
_ ¡Vamos, apresúrense! _decía papá.

A todos les complicaba calzar y abrochar sus veintiún pares de botines, pero valía la pena regresar sin ampollas ni llagas.

Los padres encabezaron la caravana bajo la húmeda hojarasca y partieron sin chistar. Seguir leyendo «Tanta risa los hizo llorar»